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El "cambio de paradigma" se ha convertido en todo un cliché y estos -como las leyendas- irremediablemente tienen su origen en hechos más o menos verídicos o verificables. Ergo, mi escudo de escepticismo no es tan efectivo...
Estoy reaprendiendo a tocar el piano. ¿Por qué? Me estanqué en la parte técnica. Dado que mi relación cuerpo-mente (o coordinación psicomotriz, como prefieran) nunca ha sido de lo mejor, necesitaba que alguien me explicase con "peras y manzanas" cómo lograr vencer ciertos obstáculos técnicos que me impedían 1) ampliar mi repertorio; y 2) tocar más rápido, fuerte y con precisión*. Así que en esas ando: tomo clases con mi maestro oficial -que según un compañero son como masterclasses- y empecé a tomar clases con otra maestra para remediar mis "huecos" técnicos. So far so good...
Además de las mejoras en mi forma de tocar, creo que le he reencontrado el gusto -que en los últimos meses se había vuelto uno cosa más que "tenía que hacer". Mi narciso interior también disfruta que le digan que no es malo, que asimila y entiende rápido y que tiene sensibilidad para la música. Ganar-ganar. :P
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*Sí, eso de ser instrumentista se parece un poco a lo de ser atleta de alto rendimiento.