Saturday, May 06, 2006

Das Lied vom Trauerkloß

Esto es una egoteca, algo gris, pero egoteca al fin y al cabo. No hay reflexiones profundas ni trascendentes; sugerencias o alguna forma de verdadera convivencia. Sólo yo y mi mala vida... y algún perdido despistado que perdió el rumbo cuando buscaba algo de mayor provecho o, mínimo, más gratificante.

¿Por qué lo hago? Se me vienen a la mente muchas excusas, y tan rápido como se me ocurren las olvido. Siempre es así: la cabeza llena de pensamientos irrelevantes que desecho con prontitud. Otros se quedan, taladran y lastiman y lo más triste es que casi puede decirse que me gusta. Creo que a todos nos gusta sentir algo.

Sentirse escuchado, comunicado o, al extremo, "conectado". Eso es lo que importa. Por eso lo hago. Si alguien presta atención pues ¡qué bien! y si no, yo ya dije lo que tenía que decir. Lo digo como puedo, como me permito... como suena menos vergonzozo para no tener que justificarme después por mis accesos de actitud puberta a posteriori.

Siempre pensando en el "luego", no como meta, sino como consecuencia. Así uno se siente casi sabio, "previniendo". Así y con un diccionario a la mano. El lenguaje casi perfecto mientras se hace ¿no? Las revisiones arruinan lo poco que tiene de espontánea una obra ya autocensurada desde el momento que empieza a escribirse.

Entonces no dice nada, y la nada es inconmensurable.

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