Tuesday, August 28, 2007

Véome que me veo

Últimamente no he leído mucho, lo confieso. Bueno, no en el sentido que se le da generalmente al verbo leer. Muy frecuentemente se le otorga un significado quasi religioso a la acción de "pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados" (diccionario de la RAE) que inmediatamente desdeña o, peor aún, pasa por alto el acto que a diario realizamos, muchas veces de forma casi inconsciente; pero que es harto importante en esta "era de la información". Como sea, no pienso poner aquí un análisis de los usos de la palabra leer. Mi intención era resaltar mi reciente falta de dedicación a la lectura en su forma más sublime -como dirían los afectados. Como otras tantas cosas que disfrutara otrora, la lectura ha perdido su atractivo (espántense los eruditos). No sé porqué, pero así es. Tal vez no he encontrado un libro que me enganche o sea sólo una fase apática que requiera de terapia para que pueda superarla. (Sarcasmo ¿ok?, sarcasmo).

Toda esta disertación (¿eh?) sobre mis hábitos lectoriles viene a cuento porque hace poco reflexionaba sobre qué libros o autores han tenido un impacto significativo en mi. Ya sea por sus ideas, su sentido del humor, temas o la narrativa. Y mientras pensaba, llegué a la conclusión de que probablemente el libro que más me ha gustado -hasta este momento, claro- ha sido "La tourneé de Dios" de Enrique Jardiel Poncela.

La tourneé fue el segundo libro serio que leí después de El Principito. ¡Eah!. Cuidado aquí con la palabra serio. No es que los otros libros que hubiese leído antes no fuesen serios, pero mis lecturas infantiles consistían principalmente en versiones light de cuentos clásicos, los libros de texto de la escuela y -por algún extraño motivo- enciclopedias científicas. (Estas últimas las leía por gusto a los cinco años. ¡Claro, si se nace con la extrañeza señoras y señores! Dicen que de pequeño tenía una mente inquisitiva y preguntaba el porqué físico-químico de muchas cosas. Supongo que la lectura sobre ciencias era la manera lógica de satisfacer mi curiosidad sin tener que recurrir a esos sujetos raros llamados adultos, absortos en sus cosas de grandes y su humor nostálgico-anecdótico.) Como se puede ver, no es que esas lecturas no fuesen serias, pero hay una diferencia entre lo que estimula el intelecto duro, y lo que toca a la sensibilidad de la persona y le hace reflexionar más allá de formulas, leyes y teorías.

Mi madre fue quien me presentó el libro y al autor. Un día llegó con el ejemplar un poco viejo, pero en buen estado, como con 30 años de edad. Me dijo que lo había conseguido en un bazar en el centro. Ella ya me había comentado desde hacía tiempo sobre Jardiel Poncela: que era uno de los autores favoritos de mi abuelo (su padre), que era crítico y que seguramente me identificaría con su humor. De entrada, el título me causó escozor por la palabra "Dios; mas cuando descubrí el significado de tourneé, la cosa cambió. Fue un libro que me enganchó cuando apenas comenzaba mi adolescencia y que releí dos o tres veces. Esa forma de cuestionar y criticar las creencias y la solemnidad para con ciertos temas desde una perspectiva humorística pero incisiva, además de describir algunas situaciones absurdas (tal vez un poco crueles) tan escuetamente, causa un conflicto en el lector que no puede resolverse sino con la risa y la reflexión.

Últimamente no he leído mucho, y no es porque espere un libro que me provoque lo que La tourneé hizo en su momento. Tampoco evito a "Los simpson" por culpa de Jardiel, sino porque honestamente los considero predecibles (el humor de familia tiene la culpa). Simplemente no leo porque no me apetece, no siento la necesidad de tomar un libro. Leo otras cosas: noticias, columnas de opinión, editoriales. Tal vez tampoco leo porque cuando un libro me engancha, puedo terminarlo en cuestión de un par de días, dejando de lado cosas que en estos momentos no puedo dejar de lado. Como sea, los libros sí tienen un influencia en mí así que no me preocuparé demasiado por el momento, que no es mi intención ser una enciclopedia ambulante autómata.

Sunday, August 26, 2007

El Niño que no Sabía Tocar el Piano

Disfrútenlo o consideren enviarme al siquiatra -in which case I couldn't care less for I know my sense humor and it's only humor.

Saturday, August 25, 2007

Just human

Reviso mi egoteca y encuentro que he cambiado poco. Los mismos temores, las mismas preocupaciones, el mismo estilo. Pareciera que la evolución no me va. Me he quedado estancado en esa zona segura que más bien parece una espiral descendente cuyo fin, si bien todavía no diviso, no puede ser bueno. He convertido a la melancolía en mi muletilla. Bastante enfermo, lo sé, pero así es. Me regocijo en la tristeza porque la conozco y aún puedo manejarla casi a piacere. Cuando se vuelve demasiado pesada, simplemente me desconecto y entro en un estado en el que vivo la vida a medias, dejo que la inercia biológica haga el trabajo.

Siendo objetivo, no tengo motivos para sentirme así. Sin embargo, el sentimiento de no ser lo suficientemente bueno para esto o lo otro está siempre presente. ¿Me exijo demasiado? De poco sirve reconocer racionalmente la afección si se trata de algo irracional. Mi cerebro le da vueltas al asunto, hace marañas y al final sólo quedo con un gran sentimiento de frustración. Muchas salidas y ninguna disposición de dirigirme hacia ellas.

¿Tengo miedo a la vida?

Thursday, August 23, 2007

Abrumado

Czerny: 7 estudios.
Bach: 3 preludios.
Clementi: Una sonatina (en un gesto de benevolencia).
Además: tres escalas mayores en seis variaciones diferentes.

:S

Sunday, August 19, 2007

They keep spinning and spinning...

Sigo pensando en lo que quiero decir, pero no alcanzo a reunir el valor para decirlo.

Saturday, August 18, 2007

Euforia bipolar

iwannafeelthat

Thursday, August 16, 2007

Las uvas son para adornar

Nature vs nurture...

Algunas veces me pregunto hasta dónde es posible asumir la responsabilidad sobre la identidad de uno mismo (o la falta de ella).

Sunday, August 12, 2007

¿Adónde he(mos) llegado?

Tomé la vieja ruta cotidiana de universitario. Hacía tres meses (días más, días menos) que no me encaminaba por ahí. Hasta llegar a la glorieta, todo seguía más o menos igual (baches más, baches menos). Entonces lo vi: un falo abstracto de color cerúleo que se yergue como para saludar tanto al visitante como al alumno, asistente natural de mi destino matutino de hoy. Si uno se deja... no, la verdad es que por más ingenua que sea la persona, la estructura esa no pasa de ser la manifestación del deseo desesperado de sentirse imponente. Después de mi reacción inicial de hilaridad/espanto estético, me pregunté qué más podría haber cambiado en tan poco tiempo. Sólo tuve que dar vuelta a la glorieta y llegar a la entrada de la uni para que la fuerza maligna que está detrás de todo esto se anotara otro tanto.

¡Casetas! ¡y con cámaras! ¡Para entrar al estacionamiento de mi alma mater desnaturalizada! Aunque mi uni es más bien derechista, yo creía que sus directivos tenían más cerebro del mínimo necesario para abandonarse a una política de seguridad de corte paranoide Bush-ista. Oops! My mistake. Tal vez el mundo sí está tan en el hoyo - o todos los refugiados provenientes del DFectuoso han(-emos) traído (consigo) aquello de lo que huía(n/mos) y éstas son medidas desesperadas.

Pasé las camaritas, crucé la primera mitad del estacionamiento que seguía casi igual (los detalles de este cambio no importan mucho). Cuando llegué a la explanada principal, el horror se apoderó nuevamente de mí. Ya no hay adoquín irregular rompetobillos; ha sido reemplazado por losetas de concreto bicolor: gris y rojo/rosa/something in between. Probablemente tome un poco de tiempo acostumbrarse al contraste y acabe siendo un gusto adquirido (doublethink?). Más adelante (siguiendo el circuito del estacionamiento) me encontré con que parte de un área verde ha sido masacrada en favor de un nuevo edificio. Digo, en términos funcionales, los pinos que estaban ahí bloqueaban la luz que podría recibir el edificio de al lado, pero prefiero la sombra arbórea a la sombra del hormigón, además de que eso va a terminar pareciéndose a un muégano.

Alguien quiere destacar; pero dudo que lo consiga de la manera que busca.

Thursday, August 09, 2007

Planes... y nada más

Borrador.
Borrador.
Borrador.

Tranquilo yo, que no son tantos. Apenas tres. El trasfondo es lo que cuenta. Como dije en mi primer post: "nunca he sido íntimo de la expresión" y sigo sin serlo... y me molesta. Me reprimo, corrijo, censuro; soy severo. "Terrorista de las palabras homófonas" tanto como de las repetidas (palabras repetidas pues, que abuso de la elipsis). Demasiado esfuerzo en decir las cosas de la manera correcta -que no es lo mismo que la mejor. Así he sido desde niño.

-Di las cosas como te salgan hijo.
Así me decía mi padre. Todavía me lo repite, a veces. Creo que ya se dio por vencido (¡punto para mí, yuju!) pero yo no. Sigo intentando. En algunas ocasiones puedo, otras no.

¿Hoy? No sé.

Saturday, August 04, 2007

Ahora resulta...

(...) que he llegado más allá de los 440 Hertz, somatizado. Necesito terapia... en serio.

Friday, August 03, 2007

Enanitos verdes - Eterna soledad

Me gusta la rola... no sé porqué. Será la letra, la sencillez de la música. Lo que sea, simplemente me gusta.

Recipe for breakdown II

Little fuel in the reservoir and forcing the engine beyond its current capabilities -which are rather low.

Wednesday, August 01, 2007

Just another day

Pues "ancina mesmo": nada de nada.

Hoy he ido a ver los resultados de admisión al conservatorio. Mero formalismo, porque ya sabía que estaba admitido. Ninguna emoción... Hubiése sido más excitante no saberlos de antemano; llegar a ver las listas de aceptados y ver mi nombre ahí, como iluminado por un haz de luz celestial digno de dibujo animado; pero no, nada de eso. Ya sabía que en la prueba de aptitudes musicales saqué un 10/10 y en la de piano 9/10. Mal hábito ése de observar los trazos de los profesores cuando apuntan calificaciones: le quita a uno toda la expectativa, esa inquietud que se anticipa al conocimiento de un veredicto. Bueno ¿qué le vamos a hacer? Parece que además de empeñarme en ver el lado negativo de la vida también me gusta arruinarme las sorpresas... ¡qué tipo! -y encima me quejo cual víctima de las circunstancias cuando no soy más que víctima de mí mismo. :S

En dos semanas toca hacer el papeleo y en tres comienzo clases. Entonces sí: a sufrir. Ya me imagino en "Conjuntos corales". Mieeeeeeeeedo. ¿Yo cantando? Jajajaja, si por eso me limito a tocar el piano (y a torturar a mi hermana -que sí canta- con mis composiciones incantables)... A lo mejor me ponen con las sopranos, haciendo falsete, porque a estas cuerdas vocales mías nunca les llegó la dosis suficiente de testosterona. Eso o por herencia tengo la voz así de delgada, como de estudiante de secundaria, sin los gallos. Luego, las clases de piano, ahora sí de "a de veras". A ver que me dice el maestro. Sólo espero no ser un caso perdido, porque tantos años de autodidacta tienen sus bemoles, principalmente la falta de técnica... ¡Bueno ya, que si me aceptaron fue por algo!

Ahora caigo en que sí estoy emocionado. A mi manera, pero emocionado a fin de cuentas.